Poemas de flores


Los poetas se inspiran en cualquier cosa para escribir. La primavera y sus bonitas flores también han sido inspiración para muchos de ellos. En este artículo te mostramos algunos poemas que hablan de las flores.
A la flor más bella de mi jardín
A la flor más bella de mi jardín,
mi girasol hermoso,me haces sonreír,
te miro de lejos y me haces sentir...
que yo sigo viva...que he sido feliz.
YOLANDA BARRY
Tengo una pequeña flor
Tengo una pequeña flor
nacida sin darme cuenta
en medio del corazón.
En la tierra de la sangre
se abonó su resplandor.
Es delicada y se muere
sin cuidados y sin mimos.
Requiere mucha atención
contra el calor del verano,
contra el frío del invierno,
contra el cruel desengaño
que le causa tanto daño
con el paso de los años.
Florece en la primavera,
se marchita en el verano
y en el invierno se muere,
si no la cuida mi mano.
¡Se mantiene de ilusión!
Con el agua del amor
Echa flores de pasión
y se alegra en le ventana,
cuando la acaricia el sol.
¡Es todo lo que yo tengo!
No sé cómo sucedió.
Me creció, sin darme cuenta,
En medio del corazón.
CARLOS ETXEBA
Cultivo una rosa blanca
Cultivo una rosa blanca
en Junio como en Enero,
para el amigo sincero,
que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo
cultivo una rosa blanca.
JOSÉ MARTÍ
La flor del aire
Yo la encontré por mi destino,
de pie a mitad de la pradera,
gobernadora del que pase,
del que le hable y que la vea.
Y ella me dijo: "Sube al monte.
Yo nunca dejo la pradera,
y me cortas las flores blancas
como nieves, duras y tiernas."
Me subí a la ácida montaña,
busqué las flores donde albean,
entre las rocas existiendo
medio dormidas y despiertas.
Cuando bajé, con carga mía,
la hallé a mitad de la pradera,
y fui cubriéndola frenética,
con un torrente de azucenas.
Y sin mirarse la blancura,
ella me dijo: "Tú acarrea
ahora sólo flores rojas.
Yo no puedo pasar la pradera."
Trepe las penas con el venado,
y busqué flores de demencia,
las que rojean y parecen
que de rojez vivan y mueran.
GABRIELA MISTRAL
La rosa azul
¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
Se me torna celeste la mano, me contagio de otra poesía
Y las rosas de olor, que pongo como ella las ponía, exaltan su color;
y los bellos cojínes, que pongo como ella los ponía,florecen sus jardines;
Y si pongo mi mano -como ella la ponía- en el negro piano,
surge como en un piano muy lejano, mas honda la diaria melodía.
¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
me inclino a los cristales del balcón, con un gesto de ella
y parece que el pobre corazón no está solo.
Miro al jardín de la tarde, como ella,
y el suspiro y la estrella se funden en romántica armonía.
¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
Dolorido y con flores, voy, como un héroe de poesía mía.
Por los desiertos corredores que despertaba ella con su blanco paso,
y mis pies son de raso -¡oh! Ausencia hueca y fría!-
y mis pisadas dejan resplandores.
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
Poemas para la primavera
En este enlace encontrarás poemas para la primavera.
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